lunes, 27 de noviembre de 2017

Llora él, lloramos todos: las lágrimas de Federer tienen una razón de ser.


Para un tenista profesional, ganar un torneo no es cosa de todas las semanas. Incluso algunos luchan incansablemente para llegar a una final y aún así se van con las manos vacías. Y personas que lo viven de modo particular, como es el caso de nada más y nada menos que Roger Federer.

El suizo de 36 años, actual N° 2 del ranking ATP y ganador de 95 torneos individuales, entre ellos 19 de Grand Slams, siempre es firme candidato a levantar el trofeo de campeón cada vez que se presenta en un torneo. Luego de tantos años en el tour y con tantas victorias en su haber, se podría creer que el gran Roger ya se acostumbro a ganar. Sin embargo, no es así y él mismo explicó por qué se emociona hasta las lágrimas cada vez que protagoniza una premiación.
Roger, emocionado luego de ganar Wimbledon por 8va vez.
Foto: DailyMail

"Hay gente que me dice que lloro mucho después de grandes victorias o derrotas. Algunos ni siquiera sonríen cuando ganan y otros no dejan de hacerlo durante semanas después de ganar. Yo soy esa clase de personas que deja que las lágrimas fluyan. Así lo hago porque me acuerdo de un entrenador que tuve que me dijo que no llegaría a nada en el tenis", contó.
"En esos momentos, pienso en todos los sacrificios que hice para llegar hasta aquí. Debería estar agradecido a esa persona, especialmente en los inicios de mi carrera ya que él y sus palabras me dieron la motivación para continuar", agregó el suizo. "Todo lo que consiga de aquí en adelante es un extra".
Cuando Federer iniciaba su carrera profesional, su carácter impulsivo le jugaba en contra. "Había un tiempo en el que tiraba mi raqueta al suelo de forma habitual, cuando tenía 16 años. Llegué incluso a ser expulsado por eso. Cuando cumplí 17, mi familia decidió que debía ir a un psicólogo porque me enfadaba mucho. Desde ese momento, mi crecimiento fue constante. Cada vez que estoy bajo presión, pienso en el duro trabajo hecho para estar donde estoy ahora", confesó.
Federer, incluso recordó que luego de llegar por primera vez al N°1 en 2004, pensó dejar el tenis. Para él, había logrado todo lo que se había propuesto (ya era campeón de Wimbledon, uno de sus sueños). Sin embargo se convenció de continuar “porque no tenía nada que demostrarle a nadie".
Los fans del tenis agradecemos que Federer no haya bajado los brazos y haya decidido continuar para seguir cumpliendo todos sus sueños. Afortunadamente, consiguió la motivación suficiente para llegar más lejos que nadie, logrando cosas extraordinarias, dentro y fuera de la cancha.
¿Se imaginan que hubiese pasado si Roger se retiraba por aquellos años, siendo tan joven?


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